miércoles, 12 de febrero de 2014

Proceso de compra. Vol.III - Muchos papeles veo yo aquí

Me empiezo a dar cuenta de que todo esto de comprarse un techo es una especie de caja de Pandora, un hilo del que tiras y te quedas sin jersey, un día sin pan... un suplicio, vamos. También puede ser porque odio todo lo que conlleve un mínimo de papeleo. Y claro, el señor del banco no te da ni la hora como no le lleves hasta el parte del diente que se te cayó con 8 años. DNI, of course, última renta presentada, nóminas (o en mi caso seguros sociales... el autónomo vamos) y un sinfin de contestaciones a todo tipo de preguntas para que al final la conclusión sea que todo recaiga en tu novio que "pa eso él tiene un trabajo fijo normal". Mu bien.

Lo primero que se firma es un contrato privado en el que le das una señal al vendedor como acto de tu interés supremo por su inmueble. Si esta persona acepta tu señal y el precio acordado entre ambas partes ya lo peor ha pasado. Si decidieran retirar el piso de la venta, vendérselo a otra persona, o quemarlo, entonces tendrían que devolver la señal que se le ha entregado doblada. Esto quiere decir que si le has dado 12.000€ de señal y el vendedor se echa atrás, te tiene que dar 24.000€, con lo cual en momentos de flaqueza incluso espero que esto ocurra. No... ¡es broma!

Luego tiene que ir el tasador para continuar con la historia papiresca del banco. Días después se va ante notario a firmar la hipoteca (bueno, después de que hayas ido mil veces al banco a ver en cuántos años, cuotas, intereses y etc se queda). Y ya por fin... ¡¡Te dan la llave!!

Yo, sinceramente, es el momento que estoy esperando para que mis palabras se tornen un pelín más divertida. Porque tanto papel, tanta cuenta y tanto banco aburren a cualquiera. Sí, soy como una niña pequeña... lo que quiero es jugar ya con mi casita, jijiji.

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